jueves, 17 de septiembre de 2009

Causas de los Trastornos Sexuales Inducidos por Sustancias

Debe quedar en claro que las sustancias o fármacos capaces de alterar la fun-
ción sexual, solo revelan esa capacidad potencial. Muchos pacientes tratados con
potentes fármacos y psicofármacos a dosis elevadas, gozan de buena salud sexual.
Nos referimos a fármacos y psicofármacos cuya acción inhibidora sexual está prevista
expresamente por los estudios correspondientes. Si se efectuara un registro estadísti-
co de la incidencia de cada fármaco sobre la sexualidad, comprobaríamos que ninguno
llega al 50 % de los casos de trastornos estudiados. Y la mayoría apenas afecta en un
5 o 10 %. Todos los autores señalan que es más frecuente la instalación de disfunciones
sexuales inducidos por sustancias en pacientes con antecedentes de trastornos pre-
vios, es decir, con mayor vulnerabilidad a cualquier factor. En este caso, a la acción de
los fármacos.

Algunos fármacos inciden solo durante el periodo inicial del tratamiento o solo
con determinadas dosis, o después de establecerse niveles estables de biodisponibilidad,
en la mayoría de los casos. Pero la susceptibilidad individual hace que fármacos de
poca incidencia porcentual, provoquen trastornos inmediatos y persistentes a lo largo
de todo el tratamiento, y solo cesen luego de un tiempo suficiente para su eliminación
total de la sangre. Y puede ocurrir que se instale secundariamente una disfunción
sexual psicogénica por la caída de la autoestima, el temor al desempeño y el deterioro
de la relación de pareja. O incluso por una depresión provocada por la pérdida de su
valorada función sexual.

También debemos saber que hay fármacos que por sus efectos secundarios no
producen directamente alteraciones sexuales, pero los trastornos gastrointestinales, la
cefalea, los mareos, la tos o la depresión o astenia, hacen que la actividad sexual,
sobre todo el deseo sexual, pasen a un segundo plano y se instale en la pareja un
desinterés o empobrecimiento sexual, una suerte de des-erotización del vínculo.
Todo esto debemos tener en cuenta cuando encaremos el diagnóstico y el
tratamiento de un trastorno sexual inducido por sustancias.

Como los “Trastornos sexuales inducidos por sustancias”, son específicos del
deseo, de la excitación, del orgasmo o por dolor, hacen necesario que reconozcamos
clínicamente cada una de las disfunciones sexuales, para luego abordar la incidencia
de las sustancias en la determinación de las mismas.

Con Alteración de la Fase del Deseo
Las drogas que puede inhibir el deseo sexual son teóricamente una gran canti-
dad de ellas, resumidas por Horwith e Imperato-Mc Ginley, y a las que agrega-
mos los productos que según el Farmanuario 1999 producen “disminución de la
libido”.
A. Antihipertensivos: La reserpina y los betabloqueantes. Está especialmente
señalado el carvedilol.
B. Bloqueantes de los receptores adrenérgicos: terazocin, prazocin, ambos de
uso como antihipertensivos y en la hipertrofia benigna de próstata.
C. Drogas antipsicóticas: fenotiazinas, butirofenonas, tioxantenos, risperidona,
sulpiride
D. Antidepresivos: tricíclicos, fenelzina, ISSR, IRSN
E. Hipnóticos y ansioliticos: benzodiazepinas, barbitúricos
F. Alucinógenos: LSD, por abuso agudo y crónico
G. Anfetaminas y cocaína, por abuso agudo y crónico
H. Narcóticos: marihuana, heroína, por abuso crónico
I. Fármacos endocrinológicos: esteroides anabolizantes, antiandrógenos
J. Fármacos varios: El tricomonicida metranidazol, los hipolipemiantes
bezafibrato, procetofeno-fenifibrato, ciprofibrato, etofibrato, clofibrato, genofibrozilo;
los inhibidores de la secreción gástrica cimetidina, famotidina, clebopride, domperidona,
y metoclopramida, estos últimos por hiperprolactinemia.

Kaplan señala que en la práctica clínica, los inhibidores del deseo más
frecuentemente encontrados son: 1) Abuso de alcohol y narcóticos; 2) Betabloqueantes
adrenérgicos; 3) Fármacos anti hipertensivos de acción central y 4) Antiandrógenos.
Todos menoscaban los circuitos sexuales del cerebro.

La acción inhibidora del deseo de los antidepresivos ISSR se debe a la activa-
ción de los receptores 5HT2. Junto a los tricíclicos, las IMAO y los antipsicóticos,
provocan la elevación de la prolactina sérica, que sería uno de los mecanismos de la
disminución del deseo sexual.

Con ALteración de la Fase de Exitación
Ya detallamos en forma exhaustiva la lista de fármacos y sustancias tóxicas
capaces de provocar disfunción eréctil. La alteración de la excitación sexual para am-
bos sexos es provocada por sustancias similares. Pero es deseable agregar algo más.

Los antidepresivos ISSR fueron largamente estudiados en su acción sobre la
sexualidad en ambos sexos. Sapetti relata que en los pacientes que están recibien-
do ISSR un 57 % revela sufrir trastornos sexuales, frente al 7 % que lo expresa espon-
táneamente, pero un 25 % no tolera la interrupción de la disfunción sexual. Philipp y
col hallaron entre el 10 al 30 % de varones y mujeres estudiadas con disfunciones
sexuales, mientras el estudio de Thompson eleva este porcentaje al 30 – 40 %
de los pacientes tratados con ISSR. Los diferentes ISSR inciden de manera diferente
sobre las fases de la respuesta sexual el varón. La erección es afectada inicialmente,
pero se recupera la función bastante rápidamente, no así los trastornos de la eyacula-
ción.

Los antidepresivos IRSN como la venlafaxina, provocan trastornos de la
potencia y de la eyaculación.

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