viernes, 11 de septiembre de 2009

Causas Inmediatas de las Disfunciones Sexuales

Fueron Masters y Johnson quienes plantearon la existencia de las fuen-
tes inmediatas de ansiedad sexual, que habían sido soslayadas o subestimadas por los
terapeutas que se ocupaban del tratamiento de estos casos, sobre todo los
psicoterapeutas dinámicos o de orientación psicoanalítica, quienes consideran estas
alteraciones como partes inseparables de una personalidad perturbada. La medicina,
sin embargo, con una orientación más científica y ecléctica, basada en hechos, tiene
una larga tradición en la comprensión fisiopatológica de los cuadros nosológicos des-
de la perspectiva holística, multicausal, de varios niveles descriptivos y de abordaje.

Para que el funcionamiento sexual sea normal, debe darse de acuerdo a un
contexto natural, en que el individuo esté tranquilo, se entregue a la experiencia, abando-
nando todo control de la situación y el miedo. Además, debe haber una apertura y
confianza recíproca con la pareja, viviendo la experiencia de acuerdo a un particular
sistema de valores.

Estos S.V.S. o sistema de valores sexuales, fueron concebidos por Masters y
Johnson, y serían el conjunto de “valores sociales que hacen que las experiencias
sensoriales individuales investidas de un significado erótico, sean convertibles y acep-
tables como estímulo sexual”. No puede pedirse buen desempeño a un individuo colo-
cado en circunstancias contrarias a sus SVS.

Pero la respuesta sexual es un hecho fisiológico básico, que puede ser inter-
pretado por la sociedad o las religiones y culturas, de diferentes maneras. Todo influye
sobre esta respuesta sexual, con un umbral de vulnerabilidad que ya estudiamos, y que
como ningún otro proceso fisiológico, puede ser alterado con una gran facilidad.
Masters y Johnson dicen que puede ser retardada o negada funcionalmente du-
rante toda la vida o gran parte de la vida, tanto que “ningún proceso fisiológico puede
reclamar tal maleabilidad de expresión física”.

Pues bien: las causas inmediatas actúan en el “aquí y ahora” interfiriendo con
la función sexual, actuando como obstáculo involuntario disociando el pensamiento
intencionado y la acción sexual.

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