jueves, 10 de septiembre de 2009

FOBIAS SEXUALES

Trastorno por Aversión al Sexo

Esta disfunción sexual afecta por igual a varones y mujeres y haremos una sola descripción clínica para ambos sexos, ya que no hay caracteres distintivos destacables para cada uno.

No están incluidos como disfunciones sexuales en el DSM III R, pero aparecen entre las fobias simples. La fobia sexual es “el miedo persistente e irracional y deseo compulsivo de evitar sensaciones y/o experiencias sexuales. El propio individuo reconoce este miedo como excesivo o irracional”. En cambio, en el DSM IV (6) aparece con el nombre de “Trastorno por aversión al sexo”, caracterizado por la “aversión y la evitación activa del contacto sexual genital con la pareja, lo que a su vez causa malestar personal o dificultades interpersonales. Aparece el miedo a la hora de intentar una relación sexual y puede centrarse en algún aspecto particular del sexo”.

El miedo y la evitación consiguientes, constituyen el rasgo esencial de las
fobias sexuales. Según Kaplan (58) el elemento de evitación fóbica desempeña un papel en todas las disfunciones sexuales. Loppicolo (70) estima que la evitación fóbica forma un continuo en el que el Deseo Sexual Hipoactivo ocupa un lugar intermedio mientras que las Fobias y Aversiones sexuales especificas abarcaría el extremo de mayor gravedad. La angustia anticipatoria o “coital anxiety” es una manifestación de esta disfunción. Forman un cuadro aparte, separado, entre las disfunciones, con el objeto de recibir una atención preferente, pues son muy comunes e integran cuadros disfuncionales más complejos en diversos grados. Gracias a su fácil tratamiento por la
terapia sexual, se las ha separado en sus facetas concretas de acuerdo al aspecto de la sexualidad que temen y evitan.

En los grados más intensos se puede evitar toda actividad sexual, y a eso
apuntan las fobias sexuales parciales, con el correr del tiempo. Personas con estos problemas permanecen vírgenes toda la vida, no se casan, se aislan. Si se casan o forman pareja, sufren por no poder utilizar la evitación como mecanismo de defensa contra la angustia, la cual aflora en forma de frustración, culpa, rabia contra sí mismos. Aman a sus parejas, pero las eluden, o tratan de terminar lo antes posible una actividad sexual que los sofoca. No es raro que se droguen o alcoholicen para disminuir el temor, que saben irracional.

Puede haber miedos a todos los estímulos de tipo sexual, incluidos los besos superficiales o los contactos corporales mínimos. Como todo miedo patológico, la exposición al factor fobígeno provoca ansiedad, que puede ser moderada, ausencia de placer, o malestar extremo como estados de pánico.

Las situaciones sexuales específicas que provocan la fobia sexual y la evita-
ción, son según Kaplan (54): el fracaso sexual, los genitales, las secreciones como el semen o la lubricación genital o anal, los olores sexuales, las fantasías sexuales, diversas actividades eróticas, como el beso profundo, el sexo bucal o anal, la masturbación, la penetración vaginal o anal, el orgasmo, el desvestirse delante de la pareja, la visión del compañero/a desnudo, la preñez, etc. Más tarde, la misma autora (58) amplía la lista de fobias sexuales especificas:
Los genitales del sexo opuesto Excitación sexual (miedo a perder el
Los propios genitales del paciente control)
La tentativa de penetración Orgasmo (miedo a perder el control)
Tocamiento de los senos La penetración misma
Besos La actividad heterosexual
Rechazo o menosprecio de la otra parte La actividad homosexual
Las fantasías sexuales Ver desvestido/a al/a compañero/a
Al coito anal (a penetrar o ser penetrado) Placer
Placer erótico Intimidad y fidelidad
Enamorarse y ser correspondido/a El sexo bucogenital (fellatio y cunnilingus)
Desvestirse (miedo a que lo/a veandesnudo/a)
La vinculación o compromiso emocional con la pareja
Fracaso sexual (miedo intenso a la ejecución del acto sexual)
Las secreciones y olores de los órganos genitales (semen, flujo vaginal)

Se debe distinguir estos cuadros del deseo sexual inhibido, que produce
evitación sexual porque no gratifica, pero no hay temor. O del temor al desempeño, de la dispareunia que lleva a la evitación antálgica, o de la negativa consciente al coito como forma de chantaje o castigo. También debe distinguirse entre la fobia sexual simple y la angustia con manifestaciones fóbicas, pues requieren un tratamiento diferente y la gravedad es también distinta. Se señala que la aversión sexual ocasional, no persistente ni recidivante, que no se acompaña de malestar ni dificultades interpersonales, no debe considerarse trastorno por aversión al sexo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario