miércoles, 9 de septiembre de 2009

Formas Clínicas

Es un cuadro poco frecuente, a diferencia de la disfunción eréctil, su homónima masculina. La fase de excitación masculina es más vulnerable a factores psicológicos, farmacológicos y fisiológicos que la de la mujer. Es que la fase vasocongestiva femenina convoca a estructuras anatomofisiológicas más simples, con un sistema hemodinámico sin exigencias de alta presión arterial, como ocurre en la vasocongestión y excitación masculina. Para abonar aun más este hecho, Kolodny (65) también demostró que la fase vasocongestiva femenina era mucho menos vulnerable a los efectos de las enfermedades y las drogas que la misma fase del varón.

Sin embargo, Kaplan (54) aporta que se trata de una de las ”inhibiciones
sexuales femeninas más graves”, pero más tarde (57) señala la poca dependencia de factores psicogénicos y mucha de los factores hipoestrogénicos fácilmente tratables.

No es raro que aparezca en forma independiente sin alteración de las fases del deseo y del orgasmo. Pero a menudo se asocia con el deseo sexual hipoactivo y con el trastorno orgásmico femenino, así como con el vaginismo, la dispareunia y otros trastornos que pueden llevar al matrimonio no consumado.

Esta disfunción es la que se denominó “frigidez” en exclusividad, pero fue
también aplicado el término a la fase de deseo inhibido, pues allí es donde la mujer se siente “fría”. No obstante, también se considera objetable el uso del término “frigidez”, por ser peyorativo, impreciso y tendiendo a confundir por las acepciones arcaicas de su uso. Se recomienda – insistimos - no utilizarla en Sexología.

El examen clínico por tacto vaginal y observación, demuestra en estos casos la falta de lubricación, una vagina seca y pálida. La introducción del pene seco en una vagina seca, puede producir secundariamente dispareunia, y deseo sexual hipoactivo.

Como en todas las disfunciones sexuales, la disfunción excitatoria femenina ser primaria, secundaria, general, situacional y selectiva.

Trastornos de la excitación sexual femenina primaria o de toda la vida:
Cuando la mujer nunca ha logrado placer erótico en ninguna experiencia coital anterior.

Trastornos de la excitación sexual femenina secundaria o adquirida:
Cuando la mujer ha respondido a la estimulación con excitación y placer sexual enalguna circunstancia anterior, en mayor o menor medida.

Trastornos de la excitación sexual femenina general: Cuando el trastorno
aparece en todas las situaciones, con cualquier tipo de estimulación y con todas las personas con quienes la mujer realiza un coito.

Trastornos de la excitación sexual femenina situacional: Cuando la mujer
deja de responder a los estímulos sexuales solamente en determinadas circunstancias, como la escasa intimidad, la poca calidad o cantidad de la estimulación, ciertas parejas, el desaseo de su pareja, luego de una disputa o de una frustración.

Trastornos de la excitación sexual femenina selectiva: Cuando la mujer
sólo se excita con su marido pero no con el amante, o viceversa. O con un varón
mayor pero no con un joven, con un hombre casado sí pero no con un soltero, etc.
Un hecho interesante a destacar es que los trastornos ocasionales de la excitación sexual, que no son persistentes ni recidivantes y tampoco se acompañan de malestar personal o interpersonal, no se deben diagnosticar como una disfunción excitatoria de la mujer.

Y desde luego, si la estimulación sexual que recibe la mujer es insuficiente, torpe, ineficaz, inapropiada, inoportuna, brusca; o en ocasión de violencia física o moral, en ocasión de un abuso, chantaje o cualquier otra situación que la mujer no acepte o rechace, no puede esperarse una excitación sexual adecuada, y tampoco debe diagnosticarse como una disfunción.

Un aporte interesante es el efectuado por el venezolano Fernando Bianco
en su Manual Diagnóstico de la Enfermedades en Sexología de 1991. Este autor tampoco separa el trastorno de la fase de excitación y meseta de la mujer como una entidad distinta, tal como lo hace con esas fases del varón, y entre las “Patologías de la respuesta sexual de la hembra” se refiere a una “Alteración vascular a nivel vaginal durante la fase de excitación”, con dos tipos:
1. LUBRICACION VAGINAL DEFICIENTE. Existe una escasa o nula
lubricación con el consiguiente dolor a la penetración.
2. LUBRICACION VAGINAL EXCESIVA. Constituye la contracara de
la situación anterior, la mujer “se moja” demasiado y se queja de no “sentir” y de que “se resbala mucho”, debe usar toallas durante el coito, e interfiere con el acto. Se debe efectuar el diagnóstico diferencial con la flaccidez de la musculatura pélvica y vaginal.

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