JUEGOS DE FANTASIAS

La fantasía es todopoderosa, libre, sana. Hay personas incapaces de fanta-
sear y las hay muy imaginativas y creativas, incluso. Las fantasías como producto
inconsciente y consciente al mismo tiempo, provienen del capital mnémico de las per-
sonas en gran parte, y son estudiadas entre los afrodisíacos no químicos de otra obra
nuestra.

Cavalcanti & Cavalcanti han descrito el entrenamiento de la fantasía en
dos tiempos: 1o) Programación para seleccionar personajes, escenarios y organizar la
ruta de las fantasías. 2o) Creación de situaciones variadas vinculadas con lo sexual, y
que pueden ser fuentes de disfunciones sexuales o de trastornos. Para ello se utiliza
material gráfico de contenido sexual, como revistas, videos, imágenes fotográficas,
lecturas eróticas y románticas, que provean de un material inspirador para los que
tienen una pobreza fantasmática. Otras veces, se recomienda escribir las fantasías para
sí mismo, para el terapeuta o para su pareja. O bien, relatarlas simplemente.

La indicación del juego de fantasías se efectúa sobre todo en personas que
padecen de deseo sexual hipoactivo y las que tienen trastornos del orgasmo por
inhibición. En estos casos, la fantasía genera deseo sexual o vehicula el deseo, tanto
para la masturbación como para la valoración erótica del compañero sexual. A veces
es necesaria para el desencadenamiento del orgasmo. Actúa como ‘disparadora’, o
‘gatillo’ como la denominaba Steckel.

No se recomienda fantasear con personas allegadas y muy conocidas, porque
puede traer consecuencias inhibitorias más que estimulantes. Y puede crear senti-
mientos de culpa y vergüenza, lo que empeora el cuadro inicial.. Desde luego, la
fantasía debe respetar el sistema de valores del consultante, pero también se debe
desculpabilizar la fantasía eficaz, porque al igual que los sueños, ‘sueños son’. Debe-
mos recordar que las fantasías parafílicas revelan tendencias o diagnósticos en ese
sentido, cuando son recurrentes y obligatorias.