Descripta por Masters y Johnson y más tarde por Kaplan, es una postura no
coital, que permite que el varón acaricie el cuerpo de la mujer, así como clitorizarla. El
mismo debe sentarse sin ropa recostado en la cabecera de la cama, y la mujer se ubica
sentada y de espaldas, entre las piernas separadas del varón. Esta postura permite que
la mujer guíe la mano de su pareja, sin la posible inhibición del contacto visual cara a
cara. Es muy cómoda y relajada. La caricia de mamas y genitales de la mujer por parte
del varón puede ser eficaz para lograr una buena excitación o para alcanzar el orgas-
mo por heteroestimulación, tanto en la disfunción excitatoria como orgásmica.
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