miércoles, 23 de septiembre de 2009

TERAPIA BREVE SISTEMICA

Para ella, la disfunción sexual depende del sistema diádico y social en perma-
nente interacción y realimentación. No se trata de una simple consecuencia de relación
causa - efecto, sino de una concepción circular o sistémica sobre el origen y manteni-
miento del síntoma sexual. Por eso, la terapia sexual debería ser sistémica, integrando
campos interactuantes y eliminando el reduccionismo teórico y práctico.

Las bases de este tratamiento, que considera un Diagrama de flujo donde se observan
los entrecruzamientos clave en la toma de decisiones terapéuticas, tienen en cuenta las
siguientes interacciones, entre otras:

1. Redefinición: Revertir posición pesimista.

2. Connotación positiva: Desculpabilizante.

3. Prescripción sintomática: Se le indica que sea disfuncional para que se
rebele a seguir con ella.

4. Prescripciones paradojales: Intensifican su dolor por el absurdo.

5. Provocación y desafío terapéutico: Apela al amor propio.

6. Negación estratégica del cambio: Anticipa las recidivas para afirmar los
logros alcanzados.

El proceso terapéutico se realiza en el presente, “aquí y ahora”; no busca el
insight; transita estadios intermedios hasta la cura; duración breve, no más de cuatro
semanas; ordena tareas en el hogar creadas para cada caso y de acuerdo a idiosincrasias
particulares; busca solucionar problemas psicológicos individuales, familiares, de pa-
reja y sociales que afecten la función sexual. Otro profesional observa el proceso en
video y puede intervenir. Esta propuesta de la terapia sistémica aplicada a la terapia
sexual fue formulada por Gindín.

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