martes, 15 de septiembre de 2009

Trastornos Urológicos

Las dividimos en afecciones del pene, de la uretra, de la próstata, de la vejiga,
del testículo y regionales. Veremos los cuadros más frecuentes.

La enfermedad de Peyronie es una cavernositis fibrosa del pene con forma-
ción de una placa indurada de variable tamaño que angula y retrae el pene en erección
y se asocia frecuentemente con la contractura de Dupuytren de la aponeurosis palmar
de la mano. Se ve en varones de edad mediana.

La fractura del pene se produce por maniobras bruscas en el coito, por la
contribución de unos 40 a 60 kilos en erección y 125 a 145 kilos en flaccidez. Deja
secuela de disfunción eréctil. La circuncisión no produce trastornos en la potencia
sexual.

El presunto pene pequeño es un motivo frecuente de consulta y la mayoría de
las veces el varón supone que su pene no tiene las dimensiones adecuadas, por igno-
rancia. El pene flácido normal varía de tamaño entre 6 y 14 centímetros y un promedio
absoluto de 9.5 según Masters y Johnson. Es una falacia popular vincular el tamaño
del pene con la virilidad o la mayor potencia, pero está muy extendida. Solo el microfalo
congénito provoca disfunción eréctil.

El priapismo como causa de disfunción eréctil no es frecuente. Están en
evaluación las secuelas de un priapismo prolongado, ya que se producen lesiones
tróficas de los cuerpos cavernosos cuanto mayor haya sido la duración del priapismo,
más allá de las 4 horas. Se observa un incremento por el uso de drogas vasoactivas y
algunos medicamentos que veremos más adelante.

Los tumores de próstata pueden causar por sí mismos disfunción eréctil, por
dislocamiento de los mecanismos de erección, pero sobre todo porque si se trata de un
carcinoma, invade vasos y nervios, debilita al individuo y el tratamiento con estrógenos
puede llegar a eliminar todo deseo, y por supuesto, la erección.

La cirugía prostática suprapúbica o transuretral puede no producir trastor-
nos, pero sí cuando se trata de una cirugía pélvica radical. Antiguamente, los ciruja-
nos respetaban poco las estructuras anatómicas de la erección, pues si la edad era
elevada, se consideraba irrelevante conservar la función sexual. Hoy, a cualquier edad
del paciente, se respeta y previene con una buena explicación previa y posterior de que
la función genital del varón prostatectomizado se puede conservar, y lo que pierde es
la eyaculación, aunque tenga orgasmo.

La orquitis urleana, que es la más conocida, no altera la potencia, sí la ferti-
lidad si es bilateral. El hematocele, hidrocele y la epididimitis producen disfunción
eréctil transitoria.

La castración quirúrgica produce hipogonadismo, pero recordemos que es-
tando incólume la psiquis del individuo, la erección es posible. Los eunucos de los
serrallos eran capaces de actividad sexual aunque no de procrear.

El traumatismo pelviano con fractura del ilíaco y lesión de la hipogástica y
ramas nerviosas, debe buscarse siempre en la disfunción eréctil.

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